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Maestría y elegancia de Kenny Barron en el Festival de Jazz de Vitoria

 19 julio, 2025

Vitoria (España), 19 jul (EFE).- Kenny Barron se entregó este viernes en el Festival de Jazz de Vitoria -norte de España- con un concierto cargado de maestría y elegancia y navegó sobre las teclas de su piano en el escenario del polideportivo de Mendizorroza.

El teclista de Filadelfia encarnó la otra cara del jazz: la del la sutileza y la elegancia. Junto a él, el contrabajista japonés Kiyoshi Kitagawa y el baterista Jonathan Blake formaron un trío magnético, íntimo y perfectamente equilibrado.

Barron abrió con su conocida ‘How Deep is the Ocean’. Desde la primera nota, su piano sonó melódico y expresivo, creando un ambiente cálido y acogedor.

Su fraseo delicado y sofisticado narró historias invisibles, mientras Kitagawa aportaba un fondo armónico indiscutible.

El trío continuó con ‘Shuffle Boil’, pieza en la que Kenny Barron mezcló su propio estilo con el humor de Thelonious Monk.

El contrabajo de Kitagawa brilló con un solo elegante y profundo, que arrancó sonrisas de admiración en el público.

En ‘Canadian Sunset’ se asomó la infancia de Kenny Barron. Él mismo explicó la carga emocional del tema antes de entregarse a variaciones armónicas inventivas y melódicas. Fue un momento evocador, con un swing más enérgico que añadió dinamismo sin perder la calidez.

‘Aquele Frevo Axé’ sonó rítmica y versátil, y llevó al público por un paisaje sonoro lleno de color.

El punto álgido fue el solo de Jonathan Blake. Durante más de cinco minutos desplegó una batería vertiginosa e hipnótica.

Para cerrar, el trío interpretó ‘Cook’s Bay’, un tema cálido y evocador que dejó en el aire la sensación de haber presenciado algo único.

Al Di Meola abrió la tarde empuñando su guitarra acústica como quien lleva una brújula hacia territorios desconocidos, acompañado por Peo Alfonsi, también a la guitarra, y el madrileño Sergio Martínez a la percusión.

Montañas, bosques y ríos que acompañaban el comienzo de este trío que creó una atmósfera hipnótica y onírica.

Fue un comienzo envolvente, casi meditativo, que atrapó a los asistentes con un sonido orgánico y profundo.

La segunda pieza mostró al Al Di Meola más incisivo y virtuoso. ,Desplegó un torrente de técnica explosiva sin perder la sensibilidad.

Llegó entonces uno de los momentos más emotivos de la noche. ‘Ava’s Dance in the Moonlight’, incluida en su último álbum Twentyfour, evocó un instante íntimo: la inspiración que le llegó al guitarrista al ver a su hija bailar mientras componía.

Tras ese instante íntimo, el concierto se tornó impredecible y ardiente.

El público estalló en aplausos, uno de los más largos de la noche, entregado a la magia orgánica de ese momento.

El trío finalizó con una demostración impecable y pasional, donde ninguno se guardó nada.

Un aplauso coral de más de dos minutos selló un concierto profundo y electrizante.

Por la tarde, el Palacio Europa acogió a Sarah Hanahan Quintet, una de las mayores promesas del saxofón.

Para el sábado, Mendizorroza volverá a encenderse con una sesión de música brasileña. La cantante y teclista Dora Morelenbaum demostrará que hay futuro en la bossa nova.

Será la antesala de uno de los maestros. El gran Toquinho tomará la guitarra y la voz para vestir sus mejores temas reconocidos a nivel mundial.

La jornada se abrirá en el Palacio Europa con la trompeta de Milena Casado.