París reivindica a Isao Takahata, pionero de la animación japonesa y del Studio Ghibli
 18 octubre, 2025
París, 18 oct.- ‘Heidi’, ‘Marco’, ‘La tumba de las luciérnagas’ o ‘El cuento de la princesa Kaguya’ son solo algunas de las obras icónicas que pueblan la carrera de Isao Takahata, maestro de la animación japonesa y cofundador del Studio Ghibli, a quien este otoño rinde homenaje la Casa de la Cultura de Japón en París.
A través de bocetos de trabajo, fragmentos de películas, carteles de filmes y fotografías, la muestra -que constituye una auténtica retrospectiva- repasa el legado de este pionero sin el cual no se puede entender la evolución de la animación japonesa desde la posguerra y hasta nuestros días, marcada por una explosión mundial de popularidad.
«Con su mirada humanista, su talento narrativo y sus experimentos formales, Isao Takahata transformó significativamente la animación, liberándola de sus códigos tradicionales para convertirla en un arte reconocido en todo el mundo», detalló a la prensa la Casa de la Cultura de Japón en París (MCJP) sobre el protagonista de esta exposición, que se puede visitar hasta el 24 de enero.
Francia es un país particularmente aficionado a la animación, recordó también la MCJP, pero a pesar de eso esta es la primera vez que se dedica una muestra en profundidad a la figura de Takahata (1935-2018).
Y eso que él mantuvo siempre una afinidad muy especial con este país europeo, ya que no solo estudió literatura francesa en la Universidad de Tokio, sino que desde muy joven se sintió fascinado por la obra del poeta y guionista Jacques Prévert.
La película francesa de animación ‘La Bergère et le Ramoneur’ (dirigida por Paul Grimault y con guion de Prévert) fue de hecho lo que acabó por convencer a Takahata de dedicarse al mundo del dibujo en movimiento.
Un pionero en el ‘boom’ del ‘anime’
Su carrera comenzó en Tôei Animation, donde realizó su primer largometraje dirigido a las salas de cine, titulado ‘Las aventuras de Horus, Príncipe del Sol’, que ya marca un antes y un después en la animación japonesa por su producción colectiva y su narración compleja.
Ya en los años 70, tras abandonar Tôei Animation, trabaja en títulos de dibujos animados que se convirtieron en auténticos clásicos, como ‘Heidi (1974), ‘Marco’ (1976) y ‘Ana de las Tejas Verdes’ (1979), obras a la vez tiernas y cotidianas en las que ya colaboró, entre otros, con Hayao Miyazaki, el representante más conocido a nivel mundial del Studio Ghibli.
Si en esos años, marcados por el ritmo frenético de la producción para la televisión, Takahata miró fuera de las fronteras de Japón para sus historias, la década de los ochenta representa un giro de su mirada hacia la tradición de su propio país, con largometrajes como ‘La tumba de las luciérnagas’.
En esta fase de su carrera, reinterpreta las experiencias de los japoneses en la posguerra y las enlaza con el contexto contemporáneo.
Se concentra también en la noción de ‘satoyama’ -las zonas de intersección entre la naturaleza salvaje y los hábitats humanos, donde el mundo natural y las personas entretejen intensos vínculos-, muy importante en títulos como ‘Pompoko’.
Es la época también de la creación del Studio Ghibli, que Takahata cofundó junto a Miyazaki, Toshio Suzuki y Yasuyoshi Tokuma, y cuyas producciones siguen siendo internacionalmente aclamadas en la actualidad.
En los años noventa y en el comienzo del siglo XXI, Takahata renovó su forma de entender la animación, como ilustra la exposición de París, inspirándose en los ‘emakimono’, un tipo de narrativa ilustrada que se despliega horizontalmente en rollos, cuyos orígenes datan del Período Heian japonés.
Adopta ese estilo, que recuerda a la acuarela, utilizando una tecnología digital que es capaz de preservar los trazos dibujados a mano, lo que da como resultado un efecto visual distinto al de la animación tradicional en celuloide.
Las obras que mejor dan testimonio de esta técnica son ‘Mis vecinos los Yamada’ y ‘El cuento de la princesa Kaguya’.
«Es la alquimia de las imágenes de Takahata, basada en un profundo conocimiento del arte, lo que invita a descubrir esta última etapa del recorrido», detalló la MCJP.
Tras París, la exposición viajará al MUDAC (Museo Cantonal de Diseño y Artes Aplicadas Contemporáneas) de Lausana, Suiza, donde se podrá visitar del 24 de abril al 27 de septiembre de 2026.