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Agricultores ucranianos desafían drones rusos, minas y sequía en la batalla por la cosecha

 07 septiembre, 2025

Leópolis (Ucrania), 7 sep.- El asesinato de Oleksandr Gordienko, un destacado agricultor ucraniano de Jersón por un dron suicida ruso, pone de relieve los enormes desafíos que enfrentan los agricultores locales, quienes recogen la cosecha y siembran a pesar de los ataques diarios, los campos minados y una sequía sin precedentes agravada por la destrucción de la presa de Kajovka en 2023.

La víspera un dron impactó el coche de Gordienko, cuando el empresario de 58 años, presidente de la asociación de agricultores de la región sureña de Jersón y diputado del consejo regional, supervisaba trabajos agrícolas en un campo del distrito de Berislav.

Un mes antes, Gordienko se había convertido en símbolo de la resistencia de los agricultores locales, tras difundirse fotos en las que aparecía con una escopeta y un detector de drones, usados para contrarrestar los drones de corto alcance lanzados a diario por las tropas rusas desplegadas a solo 15 kilómetros, al otro lado del río Dniéper.

Un trabajo peligroso

«Es una pérdida inmensa. Tenía un espíritu extraordinario», declaró a EFE Igor Yosipenko, también agricultor de Jersón.

La granja de Gordienko, donde almacenaba maquinaria, fertilizantes y otros insumos, fue destruida por bombas aéreas rusas. Sus campos también quedaron fuertemente minados durante la ocupación de esta parte de la región por Rusia en 2022.

Tras la contraofensiva ucraniana en otoño de ese mismo año, Gordienko y su equipo despejaron manualmente el terreno de miles de minas antitanque y antipersonales y siguieron sembrando, aunque más tarde los drones incendiaron su casa y un tractor, matando a un conductor.

El propio Gordienko escapó de la muerte en al menos dos ocasiones.

Con apoyo de la fundación ‘Victory Harvest’ (cosecha victoriosa), liderada por el filántropo estadounidense Howard Graham Buffett, Gordienko adquirió nuevo equipo y comenzó a cazar drones rusos por sí mismo.

Armado con un detector portátil de drones, herramientas de guerra radioelectrónica y una escopeta adquirida con ese propósito, neutralizó decenas de drones, a menudo mediante sistemas electrónicos, pero también derribándolos manualmente, mejorando su puntería en cada intento.

«Los ucranianos hemos trabajado esta tierra durante años. ¿Cómo iba a abandonarla?», declaró a la emisora pública Suspilne en agosto.

Un objetivo

Cuando Gordienko sembró sus campos el verano pasado, los ataques de drones rusos eran mucho menos frecuentes. Pero la mejora tecnológica de los drones rusos ha ampliado su alcance, con miles de ataques contra civiles en 2025.

Las autoridades regionales informan que en lo que va de año más de cien personas, muchos agricultores, han muerto y cerca de mil han resultado heridas en ataques deliberados de drones rusos contra Jersón desde la otra orilla del Dniéper.

Aun así, la recolección y la siembra han continuado, con una agricultura basada en girasol, maíz, trigo, sandías y soja, que sigue siendo un motor clave de la economía local.

Yosipenko cree que Gordienko fue un objetivo específico tras haber destruido más de cien drones rusos en los últimos meses.

«Los rusos se fijaron en su éxito y llevaban tiempo cazándolo», subrayó.

Resiliencia en medio de la crisis

En lo que va de año, los agricultores de Jersón han enfrentado un doble desafío: la guerra y la crisis medioambiental.

Además de los incendios provocados por los ataques rusos contra los campos, la región sufrió una sequía sin precedentes.

Tras la destrucción de la presa de Kajovka en una explosión hace más de dos años no quedó agua para llenar la vasta red de canales de riego, y los agricultores vieron perderse cosechas valoradas en al menos 20 millones de euros solo en Berislav, dijo Yosipenko a EFE.

Pese a que la sequía afectó al menos a seis regiones del sur, el Ministerio de Agricultura de Ucrania prevé para 2025 una cosecha de 76 millones de toneladas, apenas un 2 % menos que el año anterior, gracias a la ampliación de tierras cultivables en las regiones occidentales y septentrionales.

La reapertura de los puertos del mar Negro, tras los golpes infligidos a la flota rusa por drones ucranianos, sigue sosteniendo las masivas exportaciones, estimadas en 40 millones de toneladas de grano en 2025, un 7 % menos que el año pasado, lo que mantiene a Ucrania como uno de los diez principales exportadores mundiales de maíz y trigo.

Mientras los combates continúan a pocos kilómetros, los agricultores de Jersón y otras zonas del frente ya están sembrando para la próxima temporada.

«Ningún agricultor ucraniano puede imaginar su vida sin trabajar la tierra», subraya Yosipenko.