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Gertrude Bell, la mujer que trazó las fronteras de Oriente Medio

 29 octubre, 2025

Madrid, 29 oct.- Arqueóloga, espía, alpinista, diplomática políglota y aventurera en plena época victoriana, la figura de la mujer que trazó las fronteras del Irak actual, Gertrude Bell, es revisada por el escritor francés Olivier Guez en la novela ‘Mesopotamia’ (Tusquets), que acaba de llegar a las librerías de España.

La novela, de la que ya se han vendido los derechos para hacer una serie internacional, narra en paralelo la vida de Bell, llena de contradicciones y misterios, y el desarrollo de la configuración del Oriente Medio moderno, en la que ella tuvo una contribución decisiva, según ha explicado a EFE su autor.

Guez (Estrasburgo, 1974), colaborador de medios como The New York Times, Le Monde o Frankfurter Allgemeine, descubrió al personaje cuando trabajaba como periodista ocupándose de Oriente Medio, hace más de 20 años, y con motivo de la invasión estadounidense de Irak algunos diarios británicos publicaron perfiles sobre ella.

Pero lo que llamó definitivamente su atención fue una fotografía tomada durante la Conferencia de El Cairo de 1921 -en la que se dividió Mesopotamia- donde Winston Churchill aparecía rodeado de quienes él mismo denominó irónicamente los «40 ladrones», entre ellos T.E. Lawrence (Lawrence de Arabia) y una sola mujer, Gertrude Bell.

Tras seis años de investigación, Guez ha entregado una novela por la que desfilan personajes históricos como Lawrence de Arabia y Winston Churchill, en el contexto de la Primera Guerra Mundial, los últimos coletazos del imperio otomano y los juegos de poder del británico frente a intereses alemanes o franceses.

Werner Herzog estrenó en 2015 una película sobre Bell, ‘La reina del desierto’, con Nicole Kidman como protagonista, pero fue un fracaso.

A juicio de Guez, la historia era demasiado complicada para condensarla en hora y media y Kidman «demasiado guapa y demasiado perfecta» para un personaje tan complejo y lleno de contradicciones.

Imperialista, conservadora y antisufragista

Esas contradicciones explican en parte, a juicio del autor, el olvido histórico de una figura que, pese a ser una adelantada a su tiempo, era extremadamente conservadora y antifeminista y que se manifestó en contra del derecho de sufragio femenino.

«Es una mujer que solo se representa a sí misma, una aventurera con un perfil muy conservador en materia de libertades; como Lawrence de Arabia, no son personajes de vanguardia, son británicos conservadores e imperialistas en busca de aventura y de reinvención personal», sostiene.

Guez la describe como una mujer dura y ambiciosa, arrogante y valiente, pero también frágil en su interior, a causa de un sentimiento de abandono ligado a la muerte precoz de su madre; su padre, con quien mantuvo una estrecha relación epistolar, volvió a casarse muy pronto y tuvo otros hijos.

En lo romántico, fue poco afortunada y vivía las relaciones «como un romance medieval», de forma completamente idealizada y platónica.

El avispero de Oriente Medio

Si Oriente Medio lleva un siglo en el corazón de los problemas mundiales, ‘Mesopotamia’ muestra cómo empezó todo. Región olvidada durante cuatro siglos, con todos los ojos puestos en el Atlántico, a finales del XIX vuelve a interesar estratégicamente, por la revolución comercial que supuso el canal de Suez y por la demanda de petróleo a raíz de la explosión industrial.

La novela, rigurosa en su documentación histórica, recoge cómo fue Bell quien, a diferencia de Churchill y Lawrence, insistió en que el futuro estado iraquí incluyera a kurdos, suníes y chiíes, lo que demostró ser «una locura», ya que siempre se detestaron.

Lo hizo, según el autor, para que el norte montañoso, la zona kurda, sirviera de barrera de protección del centro y sur, donde estaba el petróleo; también porque no le gustaban los chiíes, muy radicales y fundamentalistas, para equilibrar la población.

Su papel fue clave también en la elección de Faisal como rey, un árabe hachemita que nunca había pisado Bagdad.

«Fue un fracaso total, su Irak desapareció con la sangrienta revolución de 1958 y han pasado tantas calamidades desde entonces -un golpe de Estado, Sadam Husein, la invasión estadounidense, el Estado islámico- que hemos olvidado que una vez fue una monarquía hachemita y prooccidental».

El libro invita también a reflexionar sobre los imperialismos de ayer y de hoy. «Siempre ha habido imperios y los sigue habiendo, hoy tenemos el chino, el americano y el ruso, la cuestión es si nosotros, los europeos, vamos a volver a tener un imperio, o más bien seremos vasallos de esta nueva América o de China, lo que parece más probable».

Para Guez, autor también de ‘La desaparición de Josef Mengele’ (Tusquets, 2018) y del guion de ‘El caso de Fritz Bauer’ (2015), la mayor lección que ha aprendido escribiendo este libro es que «la historia con mayúsculas a menudo se hace con una ligereza increíble».