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Identifican 13 genes asociados con la obesidad en personas de todas las ascendencias

 30 octubre, 2025

Redacción Ciencia, 30 oct.- La obesidad afecta a millones de personas en el mundo y aunque, en gran medida está determinada por el estilo de vida, se conocen unos veinte genes que la causan. Ahora, los científicos han identificado otros 13 genes asociados a esta enfermedad en personas de todas las ascendencias genéticas.

De estos trece genes, ocho se habían encontrado en estudios anteriores y cinco se han identificado por primera vez.

Además, los científicos han analizado cómo estos 13 genes influyen en las enfermedades asociadas a la obesidad (comorbilidades), como la diabetes tipo 2, la insuficiencia cardíaca y la osteoartritis.

Los detalles del estudio, realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State), en Estados Unidos, con 850.000 personas con ancestros de los seis continentes, han publicado este jueves en la revista Nature Communications.

En los últimos años, algunos estudios genéticos han ayudado a identificar una veintena de genes que aumentan las probabilidades de que una persona desarrolle la enfermedad pero la mayor parte de esos estudios se basan en pocas personas y principalmente de ascendencia europea.

«La obesidad afecta a millones, pero la mayoría de los estudios se han centrado en unos pocos». De hecho, «se han basado principalmente en poblaciones de ascendencia europea, reflejando un sesgo ancestral y perdiéndose oportunidades para descubrir genes adicionales cuyos mutaciones pueden ser más prevalentes en otras ascendencias», explica Deepro Banerjee, estudiante de genómica de Penn State y primer autor del estudio.

El estudio ofrece información sobre los fundamentos genéticos de la obesidad en todo el mundo, una información que podría ayudar a guiar los esfuerzos de la medicina de precisión al revelar genes clave que podrían pasar desapercibidos en los estudios de una sola población.

«Los estudios basados en una sola población pueden llevarnos a pasar por alto genes importantes que se comparten entre poblaciones pero que pueden no alcanzar la significancia estadística en ninguna de ellas, incluso si son clínicamente importantes en esa población», explica Santhosh Girirajan, jefe del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular en la Penn State y coautor del artículo.

En los últimos años, la ampliación de las bases de datos con más individuos con ancestros de todo el mundo están ayudando a aliviar este sesgo, «pero aún necesitamos más datos de poblaciones no europeas», subraya el investigador.

Una muestra ancestralmente diversa

Para el estudio, los investigadores utilizaron datos de unos 450.000 adultos del Biobanco del Reino Unido, una base de datos con información genética, física y de salud de personas mayoritariamente sanas en el Reino Unido, y casi 385.000 adultos del Programa de Investigación ‘All of Us’, de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos cuya cohorte refleja la diversidad ancestral del país.

Las seis ancestrías continentales incluidas fueron africana, americana, asiática oriental, europea, del Medio Oriente y del sur de Asia.

«Incluso con cohortes muy grandes, los variantes raras y dañinas pueden ser difíciles de encontrar a menos que miremos a través de poblaciones diversas», apunta Banerjee.

«El UK Biobank está compuesto en gran medida por europeos, con solo alrededor de 20.000 no europeos en nuestra muestra de estudio. Al combinar el UK Biobank con ‘All of Us’, que aportó unos 167.000 no europeos, pudimos medir el impacto en el índice de masa corporal (IMC), una medida utilizada como indicador de obesidad, de genes con variantes raras, de pérdida de función independientemente en cada una de las seis poblaciones ancestrales».

El equipo encontró 13 genes con una asociación estadísticamente significativa con el IMC en el grupo europeo que se replicó en los no europeos.

De estos genes, ocho ya habían sido asociados con la obesidad, incluidos genes bien conocidos como MC4R y BSN.

Además, el equipo descubrió que otros cinco genes (YLPM1, RIF1, GIGYF1, SLC5A3 y GRM7), que no se habían asociado con la obesidad, conferían un aumento de aproximadamente tres veces en el riesgo de obesidad grave, un impacto similar al de MC4R y BSN.

Y al igual que los genes previamente asociados con la obesidad, los genes recién identificados se expresan en el cerebro y en el tejido adiposo (grasa).

Los investigadores también encontraron que varios de estos genes contribuyen a otras condiciones relacionadas con la obesidad, incluidas la diabetes tipo 2, la hipertensión y las enfermedades cardíacas.

En un subconjunto de individuos cuyo registro en la biobanco incluía datos de proteómica plasmática (una lista completa de proteínas de la sangre) el equipo también identificó cambios en las proteínas circulantes vinculadas a los genes de la obesidad que identificaron.

Estos cambios apuntan a posibles dianas farmacológicas y biomarcadores que podrían guiar futuros tratamientos y ayudar a seguir la respuesta a la terapia, según los investigadores.

«Nuestros hallazgos subrayan el poder y la importancia de los estudios transancestrales», concluye Girirajan.