En París, Miguel Ríos recibió en la Sorbona el Premio Personalidad del Año, de la Organización de Periodistas Iberoamericanos (OPI)
Por: Álvaro Julio Martínez
En una ceremonia cargada de significado y relevancia internacional, el cantante español Miguel Ríos fue distinguido como Personalidad del Año por la Organización de Periodistas Iberoamericanos (OPI), en el marco de su 28º aniversario. El acto tuvo lugar el pasado 16 de octubre en la Universidad de la Sorbona, epicentro histórico del pensamiento universal, y reunió a figuras representativas del mundo académico, cultural y social.
La distinción a Miguel Ríos no solo reconoce su trayectoria artística, sino también su compromiso con causas sociales, su defensa de la libertad de expresión y su capacidad de transformar la música en vehículo de conciencia. Su presencia en la Sorbona evocó el poder del arte como puente entre generaciones, territorios y luchas compartidas.
Una organización con vocación solidaria
La OPI, fundada en 1997 durante la VII Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno, se ha consolidado como una institución gremial con alcance continental. Su norte fundamental se orienta a la formación de egresados y estudiantes de periodismo y humanidades en general, así como al desarrollo de programas sociales en sectores vulnerables de los países donde la institución tiene presencia.
Entre sus iniciativas más emblemáticas destaca el Programa de Becas para estudiantes en situación de extremas carencias materiales, avalado por prestigiosas universidades internacionales. Este programa no solo ofrece acceso a la educación, sino que restituye dignidad, esperanza y futuro a jóvenes que enfrentan condiciones adversas.
Periodismo, riesgo y vocación
Durante la ceremonia, la OPI presentó una conferencia magistral sobre las diversas vertientes del periodismo contemporáneo, resaltando su papel como oficio de riesgo en contextos de conflicto. Se evocaron las historias de comunicadores que, desde trincheras invisibles, defienden la verdad, la memoria y los derechos humanos.
La velada concluyó con una cena en un reconocido restaurante parisino, donde las atenciones y el diálogo fraterno fueron el marco final de una jornada memorable. Tras el reconocimiento de la OPI, la cita en la Sorbona fue un canto a la vocación, a la cultura como punto de resistencia, y al periodismo como un apostolado.
























