Una flotilla navega por Belém para denunciar la explotación de los ríos amazónicos
 13 noviembre, 2025
Belém (Brasil), 13 nov.- Una flotilla de unos doscientos barcos navegó este miércoles por el río que bordea a la ciudad de Belém, donde se realiza la cumbre climática de la ONU (COP30), para denunciar la explotación de los ríos de la Amazonia.
El desfile fluvial dio inicio a la llamada Cúpula de los Pueblos, una especie de contrapunto a la COP en la que se realizarán debates sobre el medioambiente.
A la flotilla se sumaron embarcaciones de todos los tamaños, desde ferrys de tres pisos hasta veleros y pequeñas lanchas.
Una de ellas llevaba sobre la cubierta una réplica de un capibara gigante, un animal que habita los ríos y que es especialmente vulnerable a la contaminación.
El ferry Imperatriz lideraba el grupo de embarcaciones con una gran pancarta contra la expansión agropecuaria en la región, denunciada como la principal causante de la deforestación: “El agro no llena el plato”, rezaba.
El barco transporta a un grupo de indígenas, activistas ambientales y pescadores, llegados en su mayoría desde Sinop, una ciudad del interior de Brasil conocida como la «capital de la soja».
Entre bailes rituales del pueblo Kayapó, se lanzaban cánticos contra el modelo agrícola y los planes del Gobierno brasileño de usar los ríos amazónicos para el transporte agrícola: “¡Hidrovía no, demarcación de tierras indígenas sí!».
El Imperatriz ha navegado varios días para llegar hasta Belém y durante el trayecto se ha cruzado con múltiples barcazas que transportan soja hasta el océano, rumbo a China.
Los indígenas del Imperatriz llegaron a subirse a algunas de ellas para tratar de interceptarlas.
“El sector agrícola quiere transformar Brasil en una gran plantación”, afirmó a EFE Pedro Charbel, coordinador de la Alianza Basta de Soja.
Brasil se ha convertido en el mayor productor y exportador de soja del mundo. El cultivo ya ocupa 47 millones de hectáreas, más de la mitad del total del área de plantaciones de todo el país, y este año Brasil ha facturado 40.226 millones de dólares, entre enero y octubre, en la exportación de la leguminosa.
Charbel dijo que la flotilla muestra la “fuerza de los pueblos” y que las comunidades ya tienen las soluciones a la crisis climática, como la agroecología.
El activista interrumpió la entrevista porque eran las 11.00, hora del almuerzo del anciano cacique Raoni, el mundialmente conocido líder indígena y que también navegaba en el barco.
Las pescadoras Waldemira Pimentel y Rosângela Santos, ambas de 49 años y miembros del Movimiento de pescadores artesanales de Brasil, denunciaron los efectos del cambio climático en los ríos.
“Con la sequía del año pasado hubo una gran mortandad de peces”, dijeron.
También se quejaron por la contaminación fluvial y responsabilizaron a las barcazas que cargan productos agrícolas que a menudo usan agrotóxicos.
“Es un impacto grande y nosotros vivimos del río», declararon.

























